No se sabe muy bien de dónde han surgido estas medidas, pero lo cierto es que en el mundo Feng Shui existe una regla que establece cuatro dimensiones afortunadas y cuatro desafortunadas.
Esta regla es conocida por los carpinteros chinos, sobre todo en Hong Kong y Malasia; con ella se construyen muebles tales como mesas, armarios y camas, así como puertas y ventanas.
Hay cuatro dimensiones afortunadas, Chai, Yi, Kwan, Pun.
La primera Chai mide de 0 a 54 milímetros y se divide en cuatro categorías: la primera categoría genera suerte con el dinero, la segunda trae joyas, la tercera trae diversos tipo de buena suerte y la cuarta abundancia.
La segunda Yi mide 165-215 milímetros y se divide de igual forma en cuatro categorías: la primera trae suerte con los niños, la segunda nuevos ingresos, la tercera mucho éxito para un hijo y la cuarta fortuna.
La tercera Kwan mide 215-270 milímetros y se divide en cuatro categorías: la primera trae suerte con los exámenes, la segunda suerte especulativa, la tercera mejores ingresos y la cuarta honor para la familia.
La cuarta Pun mide 375-432 milímetros y se divide en cuatro categorías: la primera trae mucho dinero, la segunda logros en los exámenes, la tercera trae muchas joyas y la cuarta gran prosperidad.
La ventaja de conocer estas dimensiones está en aplicarlas en los objetos y muebles que habitualmente nos rodean en casa o en el trabajo. Para la carrera profesional, pocas cosas hay más favorables que instalar en el despacho una mesa Feng Shui; una mesa con las medidas afortunadas lleva a quien la ocupa una gran suerte profesional y económica.
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